Familiares y amigos del ciudadano Luis
Iván Mejía Bonilla exigieron a las autoridades de El Salvador que
iniciaran una exhaustiva investigación sobre la muerte del hombre.
Al parecer, las autoridades y personal del Hospital Santa Teresa,
de Zacatecoluca, les aseguraron que el ciudadano murió por COVID-19, por lo
que, al entregarles el cuerpo, lo hicieron en un ataúd y les pidieron que no lo
abrieran.
Sin embargo, pocas horas antes de
enterrar el cuerpo, los allegados de Mejía Bonilla abrieron el féretro y
se llevaron una sorpresa: el hombre tenía severas lesiones y llevaba puestas
unas esposas en las muñecas.
Afirmaron que, además de
golpes, el cuerpo presentaba otras heridas, de los ojos manaba sangre, todo el
rostro estaba ensangrentado y estaba envuelto en una sábana blanca. Allegados
aseguraron que Luis Iván tenía una buena dentadura, pero el cadáver tenía los
dientes saltados, como si se los hubiesen querido arrancar.
Para los familiares de Luis Iván, el
hombre habría sido torturado. Sin embargo, no hay mayor información al respecto.
“Nos dijeron que había muerto de
coronavirus y que no lo veláramos ni abriéramos la caja, pero en el papel
que nos dieron decía otra cosa. Además, si hubiera muerto de ese coronavirus ni
nos lo hubieran entregado, sino que de frente lo hubieran llevado a enterrar”,
dijo Adela Mejía, madre del fallecido.
Observen el vídeo de la siguiente historia
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